El inglés es una lengua germánica occidental que se originó a partir de la familia lingüística anglo-frisona traída a Inglaterra por los invasores germánicos. Originalmente, el inglés antiguo era un grupo de dialectos distintos que reflejaban los diferentes orígenes del reino anglosajón de Inglaterra.
Uno de estos dialectos, el sajón occidental tardío, alguna vez fue dominante. El inglés antiguo original se vio afectado posteriormente por dos oleadas de invasiones: la primera de la rama escandinava de las lenguas germánicas, que conquistaron y colonizaron partes de Inglaterra, y la segunda de los normandos del siglo XI, quienes dijeron que los normandos antiguos desarrollaron una variedad de Inglés llamado anglonormativo. Las dos incursiones crearon cierto grado de confusión en el idioma inglés.
La cohabitación con los europeos del norte que hablaban dialectos nórdicos antiguos dio como resultado una simplificación gramatical significativa y un enriquecimiento léxico del núcleo anglo-frisón del inglés; la ocupación normanda posterior resultó en un injerto del romance (derivado del latín) de una capa de palabras más refinadas. Esta influencia de Normandía en el inglés impregnó las cortes y el gobierno. Con la llegada del Renacimiento, el latín y el griego clásico reemplazaron al francés normando como fuente principal de nuevas palabras.
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